jueves, 23 de diciembre de 2010

Tercer día filipino

Buenas tardes Spain, good evening Filipinas!
Hoy no tengo relatos tan emocionantes que contar. La verdad es que nos hemos dedicado la mayor parte del día a pastar.
Por la mañana nos hemos levantado casi a las 12, y cuando hemos bajado teníamos preparada una mesita romántica de desayuno para dos: arroz, salchichas rojas, huevo frito, queso, pan bimbo, mermelada, café... Llevaba hecho mil horas porque cuando ayer nos dijeron “levantaros cuando queráis” debían suponer que no sería más tarde de las 8 de la mañana o las 9 como mucho. ¡Jajaj! Pero es que esta mañana era imposible. Vaya sueño...
Como hemos desayunado a la hora de comer ya no hemos tomado el “lunch”, y hemos estado en el cuarto descansando y gestionando el material audiovisual ^_^ .
Por la tarde hemos estado leyendo un poquillo cosas sobre el proyecto (algo de trabajo serio, que se supone que para eso hemos venido), y después nos hemos arriesgado a irnos a cenar a un centro comercial que estaba cerca de casa. Como no sabíamos cómo llegar exactamente hemos preguntado a una de las trabajadoras de la casa que nos ha acompañado amablemente de camino. Qué cara se nos ha debido de quedar cuando hemos descubierto que sólo teníamos que cruzar la calle al salir del bosque tropical extraño donde está nuestro edificio.
La sensación de estar las dos solas por un centro comercial es indescriptible. La música estaba super alta y demasiados asiáticos juntos. Ahora también sabemos lo que sienten las celebrities cuando pasean por la calle. Y sí, es agobiante. ¡Toooodo el mundo nos mira! Por un lado es gracioso porque cuando miran a una les pillamos la otra y apartan la mirada corriendo, pero por otro cohibe bastante. Y más porque nos sentimos tan estúpidas sin controlar las situaciones... los precios, las monedas, cómo pedir la comida...
Hemos estado de compras. Me he comprado una tarjeta telefónica para recargar mi móvil filipino. ¡Los mensajes valen 0'017 céntimos de euro! ¡Y las llamadas algo más pero poquísimo! El chico que nos ha atendi al oirnos hablar, nos ha contado que su padre era medio español y que su abuelo era de Sevilla. Y después de mil preguntas, nos ha dado su teléfono y ha conseguido el mío del papel para la recarga! Deben ser persistentes los mozos por estas tierras. Pero con nosotras si no tienen un John Dere no hay nada que hacer!
Después nos hemos comprado unas camisetas, papel higiénico (importante, con la duchilla que sale del WC no nos acabamos de hacer amigas) y hemos cenado en un restaurante de fast food chino. Como un Mc Pato Laqueado. Hemos tenido un momento bajón-agobio-”dios mio hay demasiados filipinos aquí”, pero luego le hemos dado la vuelta a la tortilla y hemos comprendido por qué en España pensamos que todos los guiris son un poco border-line. No es que sean lentos, ¡es que les cuesta adaptarse a las nuevas costumbres!
Al salir del centro comercial para volver a casa, nos ha dado miedo cruzar por el típico puentecillo que pasa por encima de la carretera para que los peatones crucen tranquilamente. Hemos pensado que íbamos a llamar más la atención siendo las únicas que lo utilizaran, que jugándonos la vida por esos carriles de Dios. Pero lo hemos conseguido, y tras, como último riesgo del día, evitar las mordeduras de los perros de nuestro “campus” (que Blanca no está vacunada de la rabia), ¡hemos llegado sanas y salvas a casa!
Así que ese es nuestro informe diario por el momento.
Sin nada más que contar, nos despedimos deseando una feliz nochebuena por ahí, y asimilando que a ninguno os ha tocado la lotería o estaríais aquí ya de visita.
Un beso gordo para todos, ¡si es que alguien sigue las andanzas de estas aragonesas por el mundo!

2 comentarios:

  1. guauuu, me encanta tu diario!sigue así que me mola ir haciendome a la idea de como es todo allí. Me alegro mucho de que lo estéis pasando tan bien y aprendiendo tanto, mil besus

    Naty

    ResponderEliminar