domingo, 16 de enero de 2011

vivas!

¡¡¡¡Estamos vivas!!!!!
¡Aunque lleve tanto tiempo sin escribir seguimos por aquí haciendo filipinadas!
Nos vamos en tres horas a Simsimon, unos diez días a hacer el trabajo de campo, y luego a la isla de Bohol dos o tres días de turisteo.
No sé hasta cuando estaremos sin internet... probablemente hasta el mes que viene.
Escribo parrafadas de las que os gustan en cuanto pueda, ¡lo prometo! Pero mientras tanto podéis ir mandando mails informándome de todas las novedades.

Besos mil!

lunes, 10 de enero de 2011

Del 19º al 21º días filipinos. Del 8 al 10 de enero de 2011.

El sábado, quedamos a las 19:00 (sábado y la uni abierta) para que nos hagan una presentación de un estudio que están haciendo un profe de ingeniería (Dexter) y sus alumnos sobre el Night Café, y tras el power point de rigor vamos a conocerlo de primer mano.
El Night Café es un mercadillo callejero que hay en la calle principal de Cagayán (Divisoria) los viernes y los sábados de 19:00 a 02:00. En realidad es como si mezclaras el rastro de Zaragoza con chiringuitos de comida callejeros totalmente insalubres.
En la parte del rastrillo se pueden encontrar cientos de pelis y cd's piratas, bolsos de imitación, ropa y mochilas “North Face” que traen de la fábrica en Corea, cajas gigantes llenas de ropa por menos de un euro, joyas, accesorios para los móviles, un montón de calzado "de marca"...
En la parte de la restauración encontramos puestos con cocinas de gas o eléctricas en los que preparan comida típica filipina: fritangas y guisos. A un metro del hornillo, las bandejas con comida y bichos correteando por los bordes (los que se han capuzao en la salsa pasan a ser parte del contenido nutritivo de cada especialidad), y debajo de la mesa la basura. Todo muy higiénico. Si cenamos en el Night Café y hemos sobrevivido es que estamos preparadas para ser unas auténticas pinoys.
Una vez aquí te das cuenta de lo necesario que es relativizar en cuanto a algunas cuestiones que en occidente consideramos ya básicas. Por ejemplo, la higiene. Casi no hay restaurantes con servilletas y mucha gente come con la mano (qué hace la gente con la grasilla de los dedos es algo que todavía estoy intentando descubrir). No suelen tener la comida ni tapada ni refrigerada. En el sitio donde estamos viviendo dan de comer a los gatos en el mismo sitio que preparan la comida, que friegan, que lavan la ropa... Hay hormigas en el azúcar que nos echamos al café...
Al principio sí que me daba más cuenta de estas cosas, sobre todo porque desde que estoy aquí tengo un 80% de probabilidades de tener un pelo en mi comida (sin importar si es el desayuno, la comida, la merienda o la cena), pero ahora ya me estoy acostumbrando a que los animales vivos se fusionen con los cocinados y cosas así.
La seguridad y la percepción de riesgos también es muy relativa. No sólo por el tema tráfico. Aquí lo más normal del mundo es que del tendido eléctrico que cruza las calles vayan cayendo cables. Nosotras los esquivamos imaginando lo horrible que tiene que ser morir fritas, pero al resto de viandantes y conductores parece no importarles en absoluto.
Tras dar una vueltecilla muy rápida entre los ropistrajes, nos vamos. La gente de la uni dicen que ellos no van nunca a comprar al Night Café porque está demasiado abarrotado. Y tienen razón.
Llevamos a Linda a casa y de camino a nuestra “residencia” surge un plan improvisado de Karaoke, así que nos vamos con Dexter y dos de sus alumnos a un bar. Nos metemos en una especie de cabina con sofás, un espejo gigante, la tele y el micro y ¡a cantar! A mi me sigue dando una vergüenza horrible y no me acostumbro a oír mi voz y mis gallos a través del micrófono, pero nos lo pasamos bien haciendo el gamba.
En la tele, a modo de videoclip de fondo, dos horas seguidas viendo las mismas imágenes de chicas occidentales en biquini paseando por una playa, rodeadas de jabalíes, bañándose en el mar... Y para terminar la noche sesión de fotos con nosotras, que hay que dejar constancia en Facebook de que han quedado con dos blancas.

El domingo 9 aprovechamos para levantarnos con la calma y pasar la mañana en casa recogiendo. Nos vamos a comer al SM (centro comercial) y nos escondemos en el fondo de un restaurante para comer en la intimidad. Nos hemos dado cuenta de que algo fundamental para parecer totalmente integradas en la sociedad es andar despacio como los filipinos. ¡Y cuanto más grande es el helado que llevas en la mano creo que se siente mayor seguridad!
No he mencionado todavía que un 98% de occidentales que nos encontramos aquí son hombres, entre 40 y 60, con un bajo índice de atractivo y acompañados de una filipina joven y arreglada.

Por la tarde viene Mark a nuestra casa y nos pegamos de cinco a doce planificando el trabajo de campo.

Hoy, lunes 10 de enero, hemos ido a la universidad por la mañana. Tengo que aprender a no estresarme porque considere que llegamos tarde a los sitios, porque creo que aquí ni existe ese concepto. No se llega pronto o tarde, sólo se aparece.
Hemos conocido por fin al presidente de Xavier University y hemos visitado el museo de la uni, que Linda es la directora y aun no lo habíamos visto.
Después hemos ido a comer por ahi con Mark. De postre plátano frito relleno de otro vegetal con nombre raro y cubierto de caramelo a modo “almendras garrapiñadas”. ¡¡mmmm!!
Y después hemos ido a una agencia de viajes a que me cogiera ¡¡¡¡un billete de avión para ir a Palawan!!!!
Me han invitado Mark, Bong y Carla a hacer un viaje con ellos, así que ¡me voy 5 días a una de las islas más paradisíacas de Filipinas! ¡¡¡Bieeeeeeen!!! No podía irme de este archipiélago de 7000 islas sin haber hecho por lo menos un poco de turismo de arena blanca y mar azul. Y a la vuelta pasamos un día en la  la isla de Cebú.
Hemos cogido una promoción de la compañía aérea Cebú Pacífic (la seguridad no importará, pero el cachondeo.... http://www.youtube.com/watch?v=f_L4yu19og0) y nos salen los 4 vuelos ¡por unos 100 euros! Así que si alguien estaba pensando venir a verme creo que esa será la mejor fecha. ¡Qué ganas tengooo!

A ver si actualizo pronto antes de que estemos varias semanas perdidas por Bukidnon y os cuento nuestros planes por los montes.
Bss!


¡Por cierto! Hoy hemos descubierto que un ruido que oímos como si fuera una mezcla de palomo y cacatúa en realidad sale de un lagarto! ¿Y como se llama ese lagarto? ¡¡Toco!! 
Esta mañana estaban cazando uno que había en la cocina y hemos podido verlo, ¡jajaj!
¿Y sabéis como se llama a los "dragones"? Putikis!!! ¡Tenemos la casa plagada de Putikis por todas partes!   :D

¡También ha sido nuestro primer día en ir en Jeepney!

sábado, 8 de enero de 2011

Del 14º al 19º días filipinos. 3-8 de enero de 2011.

Hola holaaaaaa!!

¡Toda la semana sin dar señales de vida!
Ha sido nuestra primera semana de “trabajo” después de las vacaciones de navidad y hemos estado bastante atareadas.

El lunes 3 de enero vamos a la universidad a empezar las reuniones con la gente. Nuestro madrugón en vano, porque llegamos a Xavier University y no había ni cristo porque aun eran vacaciones hasta el día siguiente. Y Linda no se había enterado.
Por la tarde vamos a cenar con nuestros compañeros de equipo: Linda, Mark, Bong y la mujer de Bong. El restaurante es un thailandés exótico. Vamos, que en España sólo por la decoración y la vegetación selvática ¡valdría un ojo de la cara cenar ahí!
El martes 4 de enero empezamos definitivamente con las reuniones, y nos pegamos todo el día de un despacho para otro repitiendo quiénes somos, de dónde venimos y adonde vamos. La gente en realidad no entiende muy bien para lo que estamos aquí y empiezan a invitarnos a dar seminarios para los estudiantes en sus facultades, a dar charlas... Como los que suelen viajar entre universidades son o profesores o becarios creen que somos expertas en algo y que hay que aprovecharlo para esparcir nuestro conocimiento. Van buenos...
Nos hacen una entrevista para la página web de la universidad. Igual si alguien la ve ya sacian su curiosidad de quién somos, se difunde la noticia entre los estudiantes y dejan de mirarnos como si fuéramos extraterrestres...

El miércoles 5 de enero nos invitan por la mañana a un taller de “Reconciliation and peacebuiding”, para estar en la introducción y enterarnos de qué por qué hay guerra en nuestra isla (Mindanao). La charla empieza ¡una hora y media tarde! (siempre es todo así, una hora más tarde mínimo), pero por lo menos nos hemos pegado la mañana almorzando y comiendo gratis.
Por la tarde después del seminario bajamos a Xavier para hablar con Linda sobre nuestro alojamiento. Al final no nos mudamos todavía con las monjas, por lo menos hasta que volvamos de las montañas este mes. Nos dejan quedarnos unos días más aquí, y la verdad es que estamos de lujo y la gente es muy maja. ¡Nos apetece más este ambiente que el recogimiento espiritual!

Quedamos para cenar en el centro comercial de al lado de casa con Mark, y después nos echamos un par de cervezas en nuestra terraza mientras hablamos del desarrollo cultural de los pueblos indígenas, y de cuáles son nuestros límites como facilitadores, hasta dónde está bien que se expongan a la sociedad capitalista, etc. Una conversación interesante.
La cerveza que nos bebemos, por cierto, es Red Horse. La San Miguel para hombres del país. Digo que debe ser para machotes porque un par de veces que me he pedido una cerveza en un bar me han sacado San Miguel Light, que es como beber aguachirri. ¡Además con un vaso con hielos! Y la Red Horse tiene casi 7 grados, pero más similar en sabor a la cerveza española.

El jueves 6 nos levantamos y no tenemos regalos de reyes. Parece que los camellos no saben nadar y no han podido llegar hasta la isla.
Después de la noche de ayer hablando hasta las mil estamos muertas. Hoy empezamos un curso de recogida de datos y evaluación de proyectos. Es una formación específica para trabajadores que están realizando unas encuestras, y además de que no pintamos demasiado, se pegan toda la mañana hablando en visayan y no nos enteramos de nada. Es horroroso tener que aguantar en una silla toda la mañana sin entender el idioma. Un sopor... ¡Pero por lo menos almorzamos y comemos gratis otra vez!
Salimos del curso a las 15:30 porque tenemos una reunión con la junta directiva de la facultad de educación. Todo muy formal, con power points y todo explicándonos su misión, valores, objetivos... Volvemos a explicar quienes somos y qué hacemos aquí y quedamos en irnos viendo para ver en qué podemos participar. Quieren que demos una charla sobre el sistema educativo español y la educación para la paz en nuestro país.
Y nos invitan a una tarta. ¡Somos fans de toda la repostería!
Salimos de la reunión en la facultad de educación sin saber si cortarnos las venas o dejárnoslas largas, así que nos cogemos un taxi y a casa. Siempre que vamos a montar en un taxi miramos que lleve algún símbolo religioso cristiano: cruces, cristos que brillan en la oscuridad, pegatinas en toda la luna hablando de que Jesús nos ama... Pero ayer nos enteramos que los taxi drivers no suelen ser los propiertarios de los coches, así que ya no tenemos ningún método eficiente de diferenciar a los condcutores secuestradores de los que no. Vaya faena.

El viernes 7 volvemos al curso de lo de los datos. Pero ya hemos aprendido y, además de llegar una hora tarde, nos llevamos nuestros libros para hacer cosas productivas mientras hablan en visayan. Nos quedamos a almorzar y a comer (que vuelve a ser gratis) y a otra reunión con Mr. Enerio (departamento de relaciones internacionales).
De la reunión nos vamos directamente a una charla genial en ingeniería. Una de las situaciones más ridículas de mi vida. Va sobre un instrumento mecánico, pero no somos capaces de entender qué es, cómo es, ni para qué sirve. Imaginaros nuestras caras mirando interesadas al ponente sin tener ni idea de lo que estaba hablando. Al final deducimos que es algo para cortar madera, pero tampoco podemos recoger más información. Por lo menos nos dan de merendar después de la charla...
Nos invitan a cenar a casa de Chona (una de las directoras de un departamento) con Linda, un italiano y otro Filipino que habían venido de profesores para el curso de recolección de datos.
Ni me ha dado tiempo a digerir la merienda y ya me encuentro sentada delante de una mesa llena de langostinos de palmo, gambas, cangrejos gigantes y una docena de platos más.
Durante la cena tenemos conversaciones interesantes sobre la historia reciente de Filipinas, las revoluciones contra el gobierno, etc. ¡Hasta que empieza a diluviar de repente y nos tenemos que ir corriendo a casa antes de que se inunden las calles!
Y al llegar a casa nos presentan a un grupo de agricultores indígenas que están haciendo un curso de formación en el sitio en el que vivimos, y se monta la de siempre en un momento: cantar, bailar, guitarrica... y brindar por nuestra seguridad.

El dia de hoy, sábado 8, de momento lo hemos dedicado a hacer la colada. Si ahora tuviera una lavadora delante la abrazaría.
Y esta noche nos vamos a conocer uno de los símbolos de la ciudad, el Night Café, un mercado callejero de puestecillos de comida, ropa...


Sé que es un poco peñazo que cuente detalles como las reuniones que hemos tenido, pero así también nos sirve a nosotras como diario de viaje.

Dejando de lado del tema formal... ya nos estamos acomodando al país. Lo notamos porque de vez en cuando hasta nos olvidamos de que no tenemos el mismo color y de que la gente nos mira.
A mi me frustra un poco el tema del idioma. No porque me defienda mal, porque me entero de todo y con mayor o menor corrección siempre puedo expresarme, pero porque realmente no puedo participar, preguntar, hablar... de forma espontánea. También me está sirviendo para aprender a hablar menos y escuchar más, y para dejar unos meses de lado la ironía. ¡Casi que es lo que más me cuesta! ^_^
Si estamos aprovechando un montón el viaje no me quiero imaginar toda la información que podríamos absorber si estuviéramos en un país de habla hispana (y no con el tagalo, el cebuano, el visayan, el manubo, el inglés...) Pero bueno, si es diez días he mejorado mi inglés al final de los 5 meses seré prácticamente una inglesita, y veo que puedo viajar por el mundo sin que importe el idioma. Creo que estoy aprendiendo mucho de estar sentada enfrente de otras personas a las que no conozco de nada, cara a cara y mirándonos a los ojos. A veces sin poder usar palabras.

Sigo alucinando con la gente filipina: su hospitalidad, su alegría, su manera de reírse y de vivir en comunidad...
La gente aquí, pese a que sean un poco huevones y se muevan a una velocidad infrahumana, es super apasionada. Casi todo el mundo está envuelto en proyectos sociales, asociaciones... Es increíble el ambiente que se respira, por ejemplo, en la uni, cuando los profesores y alumnos nos explican los proyectos en los que están trabajando. ¡No paran!

A veces también “me cariño”. No penséis que esto es tan fácil. Me gustaría que los 5 meses pasaran muy deprisa para poder volver, pero tampoco quiero que acabe esta experiencia ni perderme un sólo día del tiempo que tengo aquí.
No es fácil estar al 100% continuamente con la de energía que consumimos viviendo en tensión (todo es diferente) y con gente desconocida, aunque intentamos equilibrarlo comiendo como cerdas, como veis.
Estaría genial poder desconectar de vez en cuando estando en casa, o tirada en cualquier bar como solemos pasar nuestras tardes.
Pero bueno... cuando me entra el bajón 5 minutos pienso en lo rápido que se pasa el tiempo y que esto es de lo más increíble que me ha pasado nunca y me reactivoooooo! Y como con internet podemos seguir en contacto no me pierdo nada de lo que pasa por ahí. Ya véis que es importante que nos deis noticias para tener un chute de energía, y seguir ancladas al mundo real, que aquí es fácil perderse por las nubes...

Un besazo para todos.

¡Felicidades Luis Carlos!

domingo, 2 de enero de 2011

del 8º al 13º días filipinos. 28 de diciembre de 2010 al 2 de enero de 2011

 
Sabía que esto me iba a pasar. Ahora tengo demasiada información acumulada que contar como para dar tantos detalles como me gustaría, así que creo que voy a resumir.

Vuelvo al 28...

El 28 volvimos de Simsimon. El viaje de vuelta menos largo que el de ida pero aun así llegamos reventadas. Emocionadas por todo lo que habíamos estado viendo y haciendo ese par de días, pero aun así yo sigo como si siguiera viviendo todo esto desde fuera. Sin pensar. Sólo me dedico a absorberlo todo e intentar grabar cada cosa en la memoria. Ojalá pudiera llevar una cámara de vídeo incorporada, o un fotógrafo personal para esta experiencia (¿verdad, treki?).



Van y Blanca fregando


Tinay, Bantol, Raquel y el maíz dulce


El día 29 fue la cena en casa de Van. Como sus padres no estaban tuvimos celebración con sus hermanos, varios amigos, un primo... Después salimos a una cabaña que se han construido en plan peña y fue cuando tuvimos noche musical. ¡Es increíble como toca la gente aquí los instrumentos! ¡Lo que hace el reunirse sin la play y sin la tele! (aunque luego hago un apunte sobre el tema tv...).
Nos trajeron a casa sobre las 12. Hacer las mochilas, dormir 3 horas y a Davao.




El día 30 llegamos a Davao. El viaje es impresionante. ¡Vaya paisajes y bosques tropicales por todas partes! Teniendo en cuenta que la isla es bastante grande y las carreteras tortuosas que hay aquí, cuestan un montón todos los desplazamientos, así que nos pegamos 7 horas encerradas en un autobús con la tele a toda pastilla (una peli detrás de otra sin parar), y el aire acondicionado a 15 grados. ¡Qué pesadilla con el aire en los interiores de los vehículos y los edificios! Ellos están acostumbrados pero nosotras nos congelamos!
En un principio nos íbamos a quedar en un hostal Blanca y yo, porque la casa de la familia de Linda estaba llena de gente, y porque les daba vergüenza meternos con más personas durmiendo en la misma habitación, porque como “somos ricas”... Pero al final nos viene a recoger Anthony, el hermano masón, y nos llevan a su casa.
¡Madre mía! Los coches todos todoterrenos de último modelo y con todos los extras y pijadas posibles. ¡Y la casa gigante! Llena de cosas por todas partes en plan bazar y bastante oscura y opresiva, también hay que decirlo...
Otro dato curioso sobre las casas aquí es que la mayoría, por lujosas que sean, están sin pintar. Pregunté por qué y me dijeron que, además de porque vale mucho dinero, porque da la sensación de tener menos dinero y hay menos posibilidades de que te entren a robar.
¡Lo de la familia un show! Viven en esa casa: el hermano de Linda, su mujer (Melinda), sus tres hijas con sus tres maridos, tres nietos y la madre de Melinda. Y tienen unos 11 criados: la que cocina, la que lava, la que limpia, una asignada para cada crío, la asistente personal de Melinda, un chófer, uno que arregla todo y se encarga del jardín, un guarda de seguridad, otra chica para la abuela...
A mi me parecía super raro tener a gente haciéndolo todo por mi continuamente, aunque creo que debe ser fácil acostumbrarse.
La noche del 30 cenamos en un restaurante del que es socio el hermano de Linda, nos vamos a otro restaurante que también es suyo a tomar un helado de Dorian y a la cama que estamos muertas.

El 31 nos levantamos a las 8 para desayunar. Nos tomamos un café con tostadas, huevos, arroz... y a las 9, sin habernos levantado de la mesa ni nada, volvemos a desayunar (pollo guisado, ternera, más arroz...). Yo sigo sin entender lo de las comidas.
A las 11 30 nos ha cogido cita Melinda para ir a un spa. Nos hacemos un masaje de cabeza y tratamiento de pelo, sauna y exfoliación corporal completa. ¡Vaya lujo! Hora y media de tratamiento, y encima nos invitan... Salimos como nuevas y nos vamos para casa.
Melinda es una mujer increíble. Tiene un montón de energía y esta siempre hablando y riéndose por todo. Es la directora de los negocios de la familia. Es cristiana ferviente. Devota de cientos de vírgenes, del Nazareno, del Santo Niño... ¡Tiene la casa llena de imágenes religiosas! Pero además de todo eso, nos cuenta que tiene un don y que puede hacer que Dios hable con la gente a través de ella, rezando.
Nosotras, que estamos flipando con todo este rollo religioso, le decimos que queremos probarlo, y cuando llegamos a casa nos hace pasar una por una al cuarto y empieza el espectáculo.

Entro a la habitación. Me siento a su lado y me cuenta que va a empezar rezando unos pasajes de la biblia. Después empezará a hablar muy rápido y en lenguas muertas, y me irá comunicando los mensajes del señor. Que no me extrañe si de repente habla en castellano aunque no sepa, porque a veces pasa.
Coge la Biblia y empieza a leer un pasaje de Isaías. A pedir a Dios que me comunique los mensajes que tenga para mi y que me proteja y me guíe. Coge el rosario en una mano y un crucifijo en la otra. Sigue rezando hasta que de repente empieza a hablar super deprisa en lenguaje ininteligible, ¡como cuando a una cinta de las antiguas le aumentabas la velocidad!. Yo cierro los ojos porque no me quiero reír, pero la verdad es que no me siento del todo normal... Los ojos se me mueven aunque los tenga cerrados como si estuviera en la fase REM. Yo creo que porque mi cerebro estaba alucinando con la información a esa velocidad. Y entre palabrejas de trabalenguas me iba transmitiendo mensajes. Y es cuando me acojono. Que beba mucha agua porque tengo infección de orina. Verdad. Que me duele la muela izquierda. Verdad. Que hay una mujer en mi familia por parte de madre que está rezando un montón por mi. Y algunas predicciones de futuro. Es cierto que lo de los vaticinios pudo ser más general. Pero lo de la infección de orina y lo de la muela, ¿cómo lo sabía esa mujer/Dios/quien quiera que fuera?
Lo que me faltaba era empezar a tener también experiencias extrasensoriales en Filipinas. Que ya tengo bastante con la realidad...
Terminamos de cenar a las 23 30 y nos preparamos para la ceberación del año nuevo. Muy cutre. A las 12:00 la gente empieza a hacer ruido con chuflainas, bocinas, música... y gritan “Happy new year!”. Y ya. Ni uvas, ni champán, ni serpentinas, ni dos besos ni gorritos. Vaya sosada.
En Davao hay una ley que prohíbe los fuegos artificiales y los petardos. Esa es la razón por la que nos fuimos a pasar el año nuevo allí, que Cagayán debe ser una locura. Toda la noche con ruidos y estallidos. Hay un montón de heridos y mutilados por los petardos en este país.
A las 12:30 volvemos a cenar ¡otra vez! Yo no soy capaz de comer, teniendo en cuenta que sólo hacía una hora que habíamos terminado de cenar y nos habíamos puesto de comida hasta los ojos.
Y a la una en la cama. Vaya nochevieja.


cena de nochevieja

El día 1 nos ponemos el despertador a las 07:00 para ver las uvas en directo en TVE. Somos imbéciles y no sabemos enchufar la tv, así que nos lo perdemos.
Cuando hemos desayunado (dos veces) nos vamos con Linda, su hermana (que ha venido con nosotras también desde Cagayán, pero es otro capítulo a parte de la historia...) y su hermano a ver águilas Filipinas. Vaya bicho más gracioso. ¡Tiene un pelazo!





¡Comemos pez gato en un restaurante! Como ya soy mayor y estoy fuera de casa estoy comiendo hasta pescado. Independientemente de la textura. :)
Me gusta Davao. Es la ciudad más grande del mundo en cuanto a superficie. Y es más cosmopolita que Cagayán, no tiene el mismo aire chabolista por todas partes. ¡La gente es más civilizada y hay hasta señales de tráfico!
Volvemos a casa y nos encerramos un rato en la habitación. De vez en cuando lo necesitamos. Desconectar del mundo y del inglés y estar solas.
Viene a casa para conocernos Mark, otro de los miembros del equipo del proyecto con los indígenas. Muy buena primera impresión, y empezamos a hablar por fin de trabajo más concreto.
Como es año nuevo hay una fiesta en la casa con toda la familia más amigos. ¡Vaya banquete!
Después de cenar, Melinda vuelve a sorprendernos otra vez. Justo al lado de su casa hay otra casa de un metro y medio más o menos de alto. Nos dice que es donde viven los duendes de la 7º dimensión que la protegen. Y nos la enseña. Es increíble...
Una casa con todas las habitaciones: cocina, dormitorios, salón, baño... y con un montón de muebles de dos palmos réplica de los que ellos tienen en su propia casa. Nevera, piano, lámparas, camas...¡Hasta las cortinas son las mismas! Es donde viven el rey, la reina y sus tres hijos. Duendes de unos 40 centímetros de alto que vienen de un mundo en el subsuelo. ¡Y les pone platos de comida y todo! Hasta tiene una mesa en miniatura en su despacho para que el rey trabaje cuando la acompaña. Y nos lo cuenta totalmente en serio y convencida de lo que está diciendo.



Comedor de los duendes (platos normales a tamaño real)




Después de tantas emociones fuertes nos vamos a dormir, que nos levantamos a las 5:00 para coger el bus y volver a Cagayán.

El día 2 viaje de vuelta. 8 horas de autobús pero más soportable. Sin el aire ni la tv a todo trapo.
Hay gente que va de pie en el autobús, y para que haya más plazas hay unos asientos que se pueden colocar en el pasillo en las filas impares.


A las 17:00 nos habían invitado a una reunión en casa del obispo. Sin dejar las mochilas, ni ducharnos ni nada vamos para allí. Pero no era una reunión. ¡Era otra fiesta!
Misa (tenemos que volver a comulgar, el señor esté con nosotras), rezos y discursos, presentaciones (qué palo me da hablar delante de todo el mundo en ingés) y juegos. Y las “international volunteers” tienen que estar en todos los ajos, como no.
Cenamos allí, seguimos jugando (a cosas estúpidas, sanas y para toda la familia) y por fin nos vamos sobre las 11 de la noche.
Está muy bien que nos lleven continuamente de aquí para allá y que se estén haciendo cargo de nosotras sin parar, ¡pero necesitamos un día de descanso de toda esta locura!

Y más o menos eso es lo que han sido nuestras vacaciones de fin de año. Como conclusión voy a haceros una pequeña lista de los detalles más molones del país:

  • En las comidas no se usa ni servilletas ni cuchillos.
  • La gente está enganchadísima a los sms. Creo que valen 0'01 céntimos de euro.
  • No hay papel higiénico en los wc. Hay una duchilla que sale de un lado de la cisterna y que aun no sabemos muy bien para qué sirve. Muchos baños son un retrete con un cubo de agua al lado y un barreño de plástico.
  • Hay electrodomésticos especiales que hacen arroz.
  • Conduciendo se utiliza la bocina para todo. Para avisar de que vas a adelantar, mientras adelantas, cuando has terminado de adelantar, cuando estás en una esquina, cuando hay alguien cerca de la carretera, cuando vas a girar...
  • No se usa leche normal, sólo en polvo.
  • Hay guardias armados en todas partes, y cuando vas a entrar a un comercio te rebuscan con un palito de madera en el bolso (en realidad, tal y como buscan, podría llevar siempre un kilo de explosivos y un par de monos rabiosos que no se darían cuenta).
  • Hay televisiones encendidas por todas partes y a un volumen desorbitado. Hasta en el spa nos pusieron la tele durante el masaje de cabeza, en la sauna...

Seguiré pensando más cosicas de éstas que ahora no se me ocurren y ya iré poniendo...

¡Quiero noticias de todos vosotros! ¡Ya!