sábado, 8 de enero de 2011

Del 14º al 19º días filipinos. 3-8 de enero de 2011.

Hola holaaaaaa!!

¡Toda la semana sin dar señales de vida!
Ha sido nuestra primera semana de “trabajo” después de las vacaciones de navidad y hemos estado bastante atareadas.

El lunes 3 de enero vamos a la universidad a empezar las reuniones con la gente. Nuestro madrugón en vano, porque llegamos a Xavier University y no había ni cristo porque aun eran vacaciones hasta el día siguiente. Y Linda no se había enterado.
Por la tarde vamos a cenar con nuestros compañeros de equipo: Linda, Mark, Bong y la mujer de Bong. El restaurante es un thailandés exótico. Vamos, que en España sólo por la decoración y la vegetación selvática ¡valdría un ojo de la cara cenar ahí!
El martes 4 de enero empezamos definitivamente con las reuniones, y nos pegamos todo el día de un despacho para otro repitiendo quiénes somos, de dónde venimos y adonde vamos. La gente en realidad no entiende muy bien para lo que estamos aquí y empiezan a invitarnos a dar seminarios para los estudiantes en sus facultades, a dar charlas... Como los que suelen viajar entre universidades son o profesores o becarios creen que somos expertas en algo y que hay que aprovecharlo para esparcir nuestro conocimiento. Van buenos...
Nos hacen una entrevista para la página web de la universidad. Igual si alguien la ve ya sacian su curiosidad de quién somos, se difunde la noticia entre los estudiantes y dejan de mirarnos como si fuéramos extraterrestres...

El miércoles 5 de enero nos invitan por la mañana a un taller de “Reconciliation and peacebuiding”, para estar en la introducción y enterarnos de qué por qué hay guerra en nuestra isla (Mindanao). La charla empieza ¡una hora y media tarde! (siempre es todo así, una hora más tarde mínimo), pero por lo menos nos hemos pegado la mañana almorzando y comiendo gratis.
Por la tarde después del seminario bajamos a Xavier para hablar con Linda sobre nuestro alojamiento. Al final no nos mudamos todavía con las monjas, por lo menos hasta que volvamos de las montañas este mes. Nos dejan quedarnos unos días más aquí, y la verdad es que estamos de lujo y la gente es muy maja. ¡Nos apetece más este ambiente que el recogimiento espiritual!

Quedamos para cenar en el centro comercial de al lado de casa con Mark, y después nos echamos un par de cervezas en nuestra terraza mientras hablamos del desarrollo cultural de los pueblos indígenas, y de cuáles son nuestros límites como facilitadores, hasta dónde está bien que se expongan a la sociedad capitalista, etc. Una conversación interesante.
La cerveza que nos bebemos, por cierto, es Red Horse. La San Miguel para hombres del país. Digo que debe ser para machotes porque un par de veces que me he pedido una cerveza en un bar me han sacado San Miguel Light, que es como beber aguachirri. ¡Además con un vaso con hielos! Y la Red Horse tiene casi 7 grados, pero más similar en sabor a la cerveza española.

El jueves 6 nos levantamos y no tenemos regalos de reyes. Parece que los camellos no saben nadar y no han podido llegar hasta la isla.
Después de la noche de ayer hablando hasta las mil estamos muertas. Hoy empezamos un curso de recogida de datos y evaluación de proyectos. Es una formación específica para trabajadores que están realizando unas encuestras, y además de que no pintamos demasiado, se pegan toda la mañana hablando en visayan y no nos enteramos de nada. Es horroroso tener que aguantar en una silla toda la mañana sin entender el idioma. Un sopor... ¡Pero por lo menos almorzamos y comemos gratis otra vez!
Salimos del curso a las 15:30 porque tenemos una reunión con la junta directiva de la facultad de educación. Todo muy formal, con power points y todo explicándonos su misión, valores, objetivos... Volvemos a explicar quienes somos y qué hacemos aquí y quedamos en irnos viendo para ver en qué podemos participar. Quieren que demos una charla sobre el sistema educativo español y la educación para la paz en nuestro país.
Y nos invitan a una tarta. ¡Somos fans de toda la repostería!
Salimos de la reunión en la facultad de educación sin saber si cortarnos las venas o dejárnoslas largas, así que nos cogemos un taxi y a casa. Siempre que vamos a montar en un taxi miramos que lleve algún símbolo religioso cristiano: cruces, cristos que brillan en la oscuridad, pegatinas en toda la luna hablando de que Jesús nos ama... Pero ayer nos enteramos que los taxi drivers no suelen ser los propiertarios de los coches, así que ya no tenemos ningún método eficiente de diferenciar a los condcutores secuestradores de los que no. Vaya faena.

El viernes 7 volvemos al curso de lo de los datos. Pero ya hemos aprendido y, además de llegar una hora tarde, nos llevamos nuestros libros para hacer cosas productivas mientras hablan en visayan. Nos quedamos a almorzar y a comer (que vuelve a ser gratis) y a otra reunión con Mr. Enerio (departamento de relaciones internacionales).
De la reunión nos vamos directamente a una charla genial en ingeniería. Una de las situaciones más ridículas de mi vida. Va sobre un instrumento mecánico, pero no somos capaces de entender qué es, cómo es, ni para qué sirve. Imaginaros nuestras caras mirando interesadas al ponente sin tener ni idea de lo que estaba hablando. Al final deducimos que es algo para cortar madera, pero tampoco podemos recoger más información. Por lo menos nos dan de merendar después de la charla...
Nos invitan a cenar a casa de Chona (una de las directoras de un departamento) con Linda, un italiano y otro Filipino que habían venido de profesores para el curso de recolección de datos.
Ni me ha dado tiempo a digerir la merienda y ya me encuentro sentada delante de una mesa llena de langostinos de palmo, gambas, cangrejos gigantes y una docena de platos más.
Durante la cena tenemos conversaciones interesantes sobre la historia reciente de Filipinas, las revoluciones contra el gobierno, etc. ¡Hasta que empieza a diluviar de repente y nos tenemos que ir corriendo a casa antes de que se inunden las calles!
Y al llegar a casa nos presentan a un grupo de agricultores indígenas que están haciendo un curso de formación en el sitio en el que vivimos, y se monta la de siempre en un momento: cantar, bailar, guitarrica... y brindar por nuestra seguridad.

El dia de hoy, sábado 8, de momento lo hemos dedicado a hacer la colada. Si ahora tuviera una lavadora delante la abrazaría.
Y esta noche nos vamos a conocer uno de los símbolos de la ciudad, el Night Café, un mercado callejero de puestecillos de comida, ropa...


Sé que es un poco peñazo que cuente detalles como las reuniones que hemos tenido, pero así también nos sirve a nosotras como diario de viaje.

Dejando de lado del tema formal... ya nos estamos acomodando al país. Lo notamos porque de vez en cuando hasta nos olvidamos de que no tenemos el mismo color y de que la gente nos mira.
A mi me frustra un poco el tema del idioma. No porque me defienda mal, porque me entero de todo y con mayor o menor corrección siempre puedo expresarme, pero porque realmente no puedo participar, preguntar, hablar... de forma espontánea. También me está sirviendo para aprender a hablar menos y escuchar más, y para dejar unos meses de lado la ironía. ¡Casi que es lo que más me cuesta! ^_^
Si estamos aprovechando un montón el viaje no me quiero imaginar toda la información que podríamos absorber si estuviéramos en un país de habla hispana (y no con el tagalo, el cebuano, el visayan, el manubo, el inglés...) Pero bueno, si es diez días he mejorado mi inglés al final de los 5 meses seré prácticamente una inglesita, y veo que puedo viajar por el mundo sin que importe el idioma. Creo que estoy aprendiendo mucho de estar sentada enfrente de otras personas a las que no conozco de nada, cara a cara y mirándonos a los ojos. A veces sin poder usar palabras.

Sigo alucinando con la gente filipina: su hospitalidad, su alegría, su manera de reírse y de vivir en comunidad...
La gente aquí, pese a que sean un poco huevones y se muevan a una velocidad infrahumana, es super apasionada. Casi todo el mundo está envuelto en proyectos sociales, asociaciones... Es increíble el ambiente que se respira, por ejemplo, en la uni, cuando los profesores y alumnos nos explican los proyectos en los que están trabajando. ¡No paran!

A veces también “me cariño”. No penséis que esto es tan fácil. Me gustaría que los 5 meses pasaran muy deprisa para poder volver, pero tampoco quiero que acabe esta experiencia ni perderme un sólo día del tiempo que tengo aquí.
No es fácil estar al 100% continuamente con la de energía que consumimos viviendo en tensión (todo es diferente) y con gente desconocida, aunque intentamos equilibrarlo comiendo como cerdas, como veis.
Estaría genial poder desconectar de vez en cuando estando en casa, o tirada en cualquier bar como solemos pasar nuestras tardes.
Pero bueno... cuando me entra el bajón 5 minutos pienso en lo rápido que se pasa el tiempo y que esto es de lo más increíble que me ha pasado nunca y me reactivoooooo! Y como con internet podemos seguir en contacto no me pierdo nada de lo que pasa por ahí. Ya véis que es importante que nos deis noticias para tener un chute de energía, y seguir ancladas al mundo real, que aquí es fácil perderse por las nubes...

Un besazo para todos.

¡Felicidades Luis Carlos!

2 comentarios:

  1. EEEEEE!!!!!!!PEQUEÑAJA!RAQUEL BONITA!!
    QUE NO TENIA LA MENOR IDEA SOBRE TUS PLANES....
    QUE ILUSION TAN GRANDE VER LO QUE ESTAIS VIVIENDO...
    ACABO DE VOLVER DE GAMBIA PERO LO MIO ERA SOLO 3 SEMANITAS, QUE ENVIDIA ME DAIS....
    QUE LA SONRISA Y LA BUENA ONDA OS ACOMPAÑE.
    ME SIENTO AFORTUNADO HABERTE CONOCIDO Y ESTOY SEGURO QUE TODOS TUS COMPIS SERAR TAMBIEN UNAS PERSONAS MARAVILLOSAS.
    ABRID OJOS Y CORAZONES Y COMPARTIR ENERGIA A LO GRANDE..
    QUE FELIZ ME HACES ME DA GANAS DE CANTAR...
    MIL ABRAZOS , MAKIS

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